En abril pasado, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) presentó los llamados Pre-Criterios Generales de Política Económica 2026, en los cuales se establecen las previsiones sobre la evolución de la actividad económica y las finanzas públicas del país, tanto para el cierre de 2025 como para el año 2026. Este documento, según se indica, fue elaborado con base en un modelo de desarrollo sostenible e inclusivo, cuyo objetivo es fortalecer el bienestar social a través de la inversión productiva y la estabilidad macroeconómica.
El documento de los Pre-Criterios Generales de Política Económica 2026 señala que el contexto internacional presenta tanto desafíos como oportunidades para México. Se reconocen riesgos asociados a una posible desaceleración económica global, la incertidumbre en la política comercial de Estados Unidos y las tensiones geopolíticas en Europa del Este y Medio Oriente. Estos factores podrían afectar las cadenas de suministro y generar volatilidad en los mercados financieros.
No obstante, también se identifica una oportunidad clave en la regionalización del comercio, lo que representa una ventaja estratégica para México. Para aprovecharla, se propone fortalecer la integración económica con Estados Unidos y Canadá en el mediano y largo plazo. Asimismo, se enfatiza que la resolución efectiva de las controversias comerciales en el marco del T-MEC será crucial para mantener la confianza de empresas e inversionistas, y así asegurar un flujo constante de capital hacia sectores estratégicos que impulsen el crecimiento económico.
En el documento también se destaca que el modelo de desarrollo económico y social adoptado en los últimos años se basa en tres pilares fundamentales: el establecimiento de un piso social mediante los Programas para el Bienestar —ya consagrados en la Constitución—; el fortalecimiento del ingreso y los derechos laborales; y la promoción del desarrollo regional a través de una mayor inversión en infraestructura para reducir las brechas de desarrollo.
Sobre estos pilares, se proyecta la transformación del país, abordando temas como la igualdad sustantiva de género, la inclusión y el respeto a los pueblos indígenas y afromexicanos, la inversión en la primera infancia, la digitalización de la administración pública y la creación de polos de desarrollo regional. En general, se busca fomentar un crecimiento sostenible de largo plazo mediante una mayor integración económica, la modernización de infraestructura y una transición energética sustentable.
En este contexto, el Plan México jugará un papel central en el impulso del desarrollo nacional, mediante la creación de zonas estratégicas de inversión, el fortalecimiento de la ciencia y la tecnología, y la modernización de la infraestructura logística y energética.
Para alcanzar estos objetivos, los Polos de Desarrollo para el Bienestar (PODEBIS) se posicionan como un motor clave, con la creación de 100 parques industriales especializados en 10 sectores estratégicos. Estos polos buscarán fomentar la competitividad y generar empleos bien remunerados. Otro eje prioritario será la inversión en infraestructura estratégica, que incluirá la rehabilitación y expansión de redes ferroviarias, la modernización de puertos y carreteras, y el fortalecimiento del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec como un nuevo eje logístico global. Paralelamente, se impulsará la transición energética mediante inversiones en energías renovables, destacando proyectos como la planta solar de Puerto Peñasco, que posicionará a México como referente en energías limpias.
Perspectivas de crecimiento para los años 2025 y 2026.
En el documento se indica que se esperan mantener las siguientes consideraciones para el desarrollo nacional:
- Que la economía mexicana mantenga una trayectoria de crecimiento positivo en los años de 2025 y 2026, sustentada en la solidez de su demanda interna.
- Fortalecer los fundamentos macroeconómicos y contribuir a mitigar los efectos de la volatilidad en los mercados financieros para poder enfrentar de manera efectiva los desafíos del panorama económico.
- El consumo y la inversión doméstica seguirán siendo los principales motores del crecimiento. En este caso, el consumo privado, se indica, se verá respaldado por el dinamismo proyectado del empleo, los incrementos salariales y una mayor inclusión financiera mediante el acceso al crédito, lo que fortalecerá el poder adquisitivo de los hogares y la creación de colchones financieros.
- El fortalecimiento de los Programas para el Bienestar, se dice que consolidarán una red de protección social que reducirá la vulnerabilidad económica, brindando mayor estabilidad a las familias y contribuyendo a un crecimiento más inclusivo.
- La inversión continuará impulsada por la ejecución de proyectos de infraestructura pública y privada, así como por flujos crecientes de inversión extranjera directa (IED), particularmente en manufactura avanzada, energías limpias y tecnología.
- La modernización del sector energético y la expansión de la infraestructura logística mejorarán la competitividad del país y facilitarán la integración de empresas mexicanas en las cadenas globales de valor.
- Crear una economía estable, competitiva y resiliente.
- Impulsar a nuestro país como un destino de inversión y su liderazgo en el comercio exterior dentro de América del Norte.
- Actualización de las finanzas públicas 2025 y estimaciones para el 2026.
En los Pre-Criterios se señala que, en línea con el proceso de normalización fiscal establecido en el Paquete Económico 2025 y hacia el cierre del presente año, se prevé una reducción del déficit fiscal. Esta disminución, junto con un menor techo de endeudamiento, contribuirá a reducir la presión sobre las tasas de interés y sobre la demanda de financiamiento en el mercado interno.
Entre otros aspectos dentro del documento, se indica que:
- Para el 2026, se prevé una política fiscal enfocada en la sostenibilidad y prudencia, asegurando que la deuda pública permanezca en niveles estables y en línea con economías comparables.
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- Gestión eficiente del gasto público, priorizando proyectos de alto impacto económico y social, y asegurando que el déficit público se reduzca gradualmente.
- La estrategia tributaria se centrará en fortalecer la recaudación sin crear ni aumentar impuestos, mediante la digitalización, una fiscalización más eficiente y el combate a la evasión fiscal. Para alcanzar dicha meta, se dice que la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) reforzarán la vigilancia y control en aduanas, se busca mejorar la supervisión del comercio exterior y reducir aún más la evasión fiscal y el contrabando.
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- En materia de deuda pública, se menciona que la estrategia de financiamiento seguirá privilegiando el endeudamiento en moneda nacional, a tasa fija y con vencimientos de largo plazo, reduciendo la exposición a la volatilidad financiera global.
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- Reforzar los amortiguadores fiscales, incluyendo la implementación de los fondos de estabilización, las líneas de crédito con organismos multilaterales y los programas de coberturas financieras, lo que permitirá preservar la estabilidad de las finanzas públicas y fortalecer la capacidad de respuesta ante escenarios adversos.
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- En general, en los Precriterios se indica que se busca implementar una política fiscal responsable, asegurando estabilidad macroeconómica y generando un entorno propicio para la inversión y el crecimiento de largo plazo.
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- Estimación de las principales variables macroeconómicas.
En el rubro de estimaciones en las variables económicas se indica lo siguiente:
- En los Precriterios Generales se indica que en el 2025 la economía mexicana registrará un crecimiento en un rango de 1.5 a 2.3% real anual, mientras que para el 2026 el crecimiento esperado se ubicará entre 1.5 y 2.5% anual.
- Se alude a una revisión a la baja respecto a las estimaciones del Paquete Económico 2025, lo cual, responde a una desaceleración en la inversión residencial, una menor expansión en la minería petrolera y a efectos persistentes de choques de oferta provenientes del año anterior.
- La incertidumbre en torno a la dirección de la política comercial bilateral de los Estados Unidos y los ajustes en su relación con otros socios comerciales ha generado un incremento sensible en la cautela de la inversión y el consumo privados.
- El Banco de México continuará con el proceso de relajación de la postura monetaria, ubicando la tasa de referencia en 8.0% al cierre de 2025 y en 7.0% en 2026. Esta trayectoria responde a la convergencia gradual de la inflación dentro del intervalo de variabilidad del banco central, así como a la prevalencia de condiciones de holgura en la economía y un crecimiento moderado, factores que permitirán una normalización de la tasa de interés de referencia.
- Las expectativas de inflación a corto y largo plazo permanecen ancladas, reflejando una menor presión sobre los precios y reforzando el margen de acción para una postura monetaria menos restrictiva.
- Se estima que el tipo de cambio se ubicará en 20.0 pesos por dólar al cierre del año 2025, lo que implicaría un escenario más depreciado en 1.5 pesos u 8.0% de variación cambiaria respecto a la estimación del Paquete Económico 2025. Este ajuste reflejaría la incertidumbre asociada con las revisiones en las políticas comerciales y fiscales de EE.UU., así como a las condiciones en los mercados.
- La balanza en cuenta corriente registrará un déficit de 0.1% del PIB en 2025, consistente con un menor dinamismo del crecimiento económico y un tipo de cambio más competitivo, factores que contribuirán a una reducción del déficit en la balanza comercial.
- La balanza de ingreso secundario mantendrá un superávit derivado del flujo creciente de remesas, impulsado por la solidez del mercado laboral en EE.UU. y el aumento en la masa salarial de los trabajadores mexicanos en ese país.
- Para 2026, se anticipa un déficit de 0.4% del PIB, asociado a una mayor expansión del consumo y la inversión, lo que elevaría las importaciones de bienes intermedios y de capital.
- En términos de la producción petrolera nacional, las estimaciones consideran un enfoque prudente basado en la trayectoria observada en los primeros meses de 2025. Se estima que la producción promedio se ubicará en 1,761.8 miles de barriles diarios (mbd) en 2025 y 1,775.4 mbd en 2026, niveles ligeramente inferiores a los estimados en el Paquete Económico 2025.
- Riesgos que pueden afectar las estimaciones económicas.
- De acuerdo con lo señalado en los Pre-Criterios Generales de Política Económica 2026, existen una serie de riesgos que pueden afectar las estimaciones económicas formuladas, los cuales son:
Riesgos a la baja.
Incertidumbre en materia de comercio exterior derivada de la falta de claridad sobre la permanencia, alcance y magnitud de tarifas arancelarias, así como posibles medidas de represalia. Dicha cuestión afecta la inversión, el empleo y la demanda externa de productos mexicanos, generando presiones sobre el crecimiento económico.
Cambios permanentes en las políticas comerciales y económicas de los principales socios y otros países con los que México mantiene relaciones comerciales. Dichas situaciones se indica, pueden modificar la competitividad de sectores clave, alterar la estructura productiva y afectar los flujos de inversión, con implicaciones sobre el crecimiento de mediano y largo plazo.
Eventos climáticos extremos que impacten la producción agropecuaria eleven los costos de insumos y generen presiones inflacionarias. Además, estos fenómenos pueden afectar infraestructura crítica, puertos y centros urbanos, con repercusiones en la movilidad, la actividad comercial y el turismo, así como a algunas industrias manufactureras intensivas en el uso de agua.
Endurecimiento de las condiciones financieras globales debido a tasas de interés más elevadas por más tiempo, lo que incrementaría la percepción de riesgo, elevaría las primas de riesgo y encarecería el financiamiento.
Intensificación de tensiones geopolíticas que provoquen volatilidad en los mercados financieros y alteraciones en el comercio global. Esto podría generar fluctuaciones abruptas en los precios de materias primas y energía, dificultando la estabilidad económica y el proceso desinflacionario.
Riesgos al alza.
- Resolución de las tensiones comerciales entre Estados Unidos, México y Canadá, situación que fortalecería la integración regional, fomentaría una mayor inversión y facilitaría la sustitución de importaciones desde países sin acuerdos comerciales con México.
- Lograr un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, reduciendo la volatilidad en los mercados y estabilizando los precios de materias primas y energía.
- Implementación de estímulos en China que impulsen su crecimiento y la demanda interna por encima de lo previsto.
- Mayor dinamismo en los proyectos de infraestructura en el sur de México, acelerando la convergencia económica regional, creando mayores beneficios en temas de empleo, productividad y comercio interno.
- Expansión del uso de inteligencia artificial y otras tecnologías que mejoren la productividad, fomenten la inversión en sectores estratégicos, elevando el potencial de crecimiento económico.
- Reducción más acelerada de la tasa de interés de Banxico, incentivando el crédito, la inversión y el consumo, además de mejorar la competitividad cambiaria y mitigar impactos comerciales adversos.
- Mayor impacto del proceso de simplificación y digitalización de trámites sobre la atracción de Inversión Extranjera Directa, reduciendo costos y tiempos regulatorios para nuevos proyectos productivos.
- Estimaciones de las finanzas públicas para el 2025.
Al cierre de 2025, se proyecta que las finanzas públicas se mantendrán en una trayectoria sostenible, en línea con las metas anuales aprobadas por el Congreso de la Unión, entre estas estimaciones se tienen a saber:
- La deuda pública como proporción del PIB seguirá reflejando una posición fiscal sólida y permanecerá en niveles inferiores a los observados en otras economías emergentes y de América Latina.
- En materia de ingresos presupuestarios, se prevé un incremento de 7.2 mil millones de pesos respecto a lo aprobado en la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) 2025. Este resultado se explica principalmente por mayores ingresos petroleros, superiores en 12.8 mil millones de pesos respecto a lo programado, debido al anticipo de recursos del Gobierno Federal a Petróleos Mexicanos (Pemex) para el pago a proveedores, mayores precios a nivel internacional del crudo y el gas natural, así como la depreciación del tipo de cambio, factores que compensan parcialmente la menor producción petrolera.
- La creciente incertidumbre sobre la política comercial de los Estados Unidos podría generar ajustes adicionales en los ingresos para lo que resta del año.
- Dentro de los ingresos tributarios, se estima un nivel ligeramente superior al aprobado en la Ley de Ingresos de la Federación 2025, con un aumento de 0.2 mil millones de pesos, resultado de factores contrapuestos. Por un lado, incide positivamente una mayor base de comparación derivada del sobrecumplimiento observado al cierre de 2024, así como una mayor recaudación del IVA al consumo e importaciones. Estas reformas incluyen la eliminación de la exención del IVA para bienes importados de bajo valor (minimis) y la ampliación de la fiscalización a plataformas electrónicas.
- Por otro lado, se estima que la recaudación del IEPS de gasolinas y diésel se ubicará por debajo de lo previsto.
- Los ingresos propios de organismos y empresas distintos de Pemex se mantendrán en línea con lo aprobado.
- En cuanto al gasto público, se anticipa un aumento equivalente a 7.2 mil millones de pesos respecto al nivel aprobado, congruente con el incremento en los ingresos totales.
- Se proyecta una ampliación de 21.4 mil millones de pesos en los recursos destinados a programas sociales y proyectos de inversión con impacto directo en el bienestar de la población y el desarrollo económico regional.
- Se prevé una reducción de 10 mil millones de pesos en el pago de Adefas, así como una disminución de 6.5 mil millones de pesos por concepto de las participaciones a entidades federativas y municipios, en congruencia con la evolución observada de la recaudación federal participable.
- Se proyecta que el déficit presupuestario se mantendrá en un nivel equivalente al 3.3% del PIB.
- Estimaciones de las finanzas públicas en el 2026.
En relación con la evolución esperada de las finanzas públicas para el ejercicio fiscal 2026, se proyecta que la deuda pública como proporción del PIB se mantenga en 52.3%, en cumplimiento con lo dispuesto por la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH) y su Reglamento.
- Se estima que los ingresos presupuestarios en 2026 serán inferiores en 64.4 mil millones de pesos de 2026 respecto al monto aprobado en la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) 2025, ello ya que se prevé un aumento de 92.6 mil millones de pesos en los ingresos tributarios, impulsado por el crecimiento tendencial de la actividad económica, los efectos permanentes derivados de las mejoras en la eficiencia recaudatoria y una mayor base de comparación a partir del desempeño observado en 2024.
- En contraste, se anticipa una reducción de 131.3 mil millones de pesos en los ingresos petroleros respecto a lo programado para 2025.
- Se estiman menores ingresos no tributarios de 18.4 mil millones de pesos, excluyendo posibles ingresos extraordinarios no previstos en la legislación vigente, cuya materialización está sujeta a factores no recurrentes.
- Se proyecta una disminución de 7.2 mil millones de pesos en los ingresos propios de las entidades distintas de Pemex.
- El gasto neto total deberá ajustarse a la baja en 245.9 mil millones de pesos de 2026 en comparación con el monto aprobado en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2025, lo que representa una disminución real de 2.6%.
Atendiendo a lo señalado en los Pre-Criterios Generales de Política Económica 2026, se advierte que existen algunas bases que podrían vislumbrar ciertas expectativas de desarrollo económico, pero, a la par, existen riesgos que pueden llevar a la economía nacional por malos tiempos; un tema relevante es que en los propios criterios se reconoce que deberá ajustarse a la baja el gasto gubernamental para el 2026, situación en la cual, se reconoce implícitamente las vicisitudes económicas, sociales, políticas, etc., que pueden presentarse en lo que resta del año y en el que viene.