Es para mí un gusto participar en esta edición especial sobre el T-MEC – este nuevo tratado tan importante para nuestra región y la economía mundial. Yo también espero con gusto leer los múltiples artículos de mis colegas que estoy seguro serán de mucho valor para mí y para sus lectores. En mi participación quise agregar aspectos principales desde la perspectiva de la aduana de los Estados Unidos, los cuales son muy importantes para la comunidad de profesionales del comercio exterior en nuestro país.

Como un breve antecedente es importante notar las últimas fechas importantes entorno al tratado. En noviembre del 2018, el tratado fue firmado por el entonces presidente de México, Enrique Pena Nieto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau. Pasando al siguiente año, en junio del 2019, México fue el primer país en ratificar el tratado. Estados Unidos, después de pasar un interesante proceso interno, ratificó el tratado en enero del presente año. Finalmente, Canadá fue el último en ratificar en marzo. Después de esto, siguió un proceso de notificación interna que dictó la entrada en vigor del tratado para el 1 de Julio. 

Prácticamente la totalidad de la iniciativa privada en los Estados Unidos pedía que la entrada en vigor fuera hacia enero del 2021 dado el entorno económico actual derivado de la pandemia del COVID-19. Varios reportes indican que aspectos políticos marcaron la decisión final de mantener la fecha de 1 de julio. Este año se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos por lo que tal aseveración se ve muy probable. Si bien emprendemos esta transición de manera positiva, con mucha participación y apoyo de diferentes asociaciones y grupos, el proceso se siente acelerado sin duda.

A partir del 1 de Julio, procedimientos y formatos del TLCAN dejan de tener validez y pasamos a tomar al T-MEC como único tratado entre México, Estados Unidos y Canadá. Las importaciones realizadas el 30 de junio y previas siguen las regulaciones del TLCAN incluyendo las de solicitud de retorno de impuestos.

Nuevos indicadores y regulaciones

En lo que respecta a regulaciones de los Estados Unidos, se crea un nuevo indicador de preferencia T-MEC que sería el S / S+, el mismo sustituye al MX para México y CA para Canadá. El país de origen sigue siendo un dato que debe ser detallado; a su vez, las regulaciones de los Estados Unidos serán actualizadas para incluir nuevos apartados que se refieran al T-MEC, en la tarifa americana seria la nota general número 11, TLCAN actualmente en nota general 12 y en el tomo 19 del CFR se agrega la parte 182, TLCAN actualmente en la parte 181. La nota general 11 y la parte 182 del 19 CFR integraran las reglas uniformes y procedimientos de aduana americana. 

Solicitudes de retorno de impuestos

Las solicitudes de retorno de impuestos post importación bajo el TLCAN seguirán siendo posibles incluso después del 1 de Julio para importaciones hechas antes de esta fecha; recordemos que se tiene hasta un año después de la importación para su solicitud. Para importaciones bajo el TLCAN se seguirán formatos y procesos del mismo. El esquema también seguirá disponible bajo importaciones en T-MEC; aunque actualmente el MPF no sería devuelto, este último tema se está actualmente analizando, ya que el tratado no tenía la intención de eliminarlo, pero por lenguaje en la ley no se incluyó, es posible que pronto tengamos la noticia que MPF también sería retornado. Los procedimientos y documentación de soporte siguen siendo esencialmente los mismos.

Marcado y país de origen

Al momento, las reglas de marcado de la parte 102 del 19 CFR seguirán siendo aplicadas para el T-MEC aunque es muy probable que se anuncien cambios tomando en cuenta el hecho que bajo T-MEC, la preferencia arancelaria es bajo reglas del tratado y no necesariamente se tendría un país de marcado México, es mi pensar que aquí serían formalizados aspectos de transformación sustancial que explique en la anterior edición en mi artículo “País de origen, transformación sustancial y su importancia en regulaciones de los Estados Unidos”.

Certificado de origen

Afortunadamente, hay mucha información entorno al nuevo certificado de origen o más precisamente al hecho que no hay un formato necesario. La CBP ha mencionado que generará uno sugerido, aunque aún no es publicado. Este contendrá los 9 campos mínimos requeridos y dará un formato general que puede ser utilizado. Habiendo dicho esto, no hay porque esperar; las empresas pueden diseñar uno propio que se asemeje al del TLCAN, aunque será necesario tomar a consideración los cambios importantes que tiene. Entre ellos está el identificador directo del certificador, el cual detalla con exactitud si el mismo es el productor, exportador o importador; a diferencia de México, Estados Unidos permitirá que el importador certifique mercancías desde el inicio de la entrada en vigor del tratado. Esto no debe ser visto como una autorización abierta a certificar mercancías si no a una figura adicional, aunque la necesidad de análisis y resguardo de documentos es la misma.

El tratado indica claramente que los 9 campos son los mínimos necesarios, puesto que se pueden incluir más a como lo desean las partes. Aun así, yo sugiero no agregar más información de la necesaria ya que puede tener implicaciones legales. El único dato que sí sugiero agregar es el de país de origen pues esta información es relevante para información estadística, marcado, entre otras. He notado que en algunas asociaciones, grupos y empresas se plantea solicitar y proveer información sobre el método de calificación (Ojo no me refiero a criterio de origen el cual es requerido) como lo incluyen otros tratados. Después de analizarlo entorno al tratado y diferentes industrias, no veo la necesidad de incluir tal información.

Para concluir, creo importante comentar que estamos por entrar a una nueva era de intercambio comercial en uno de los bloques más grandes del mundo. Las oportunidades son significativas y, a 25 años del TLCAN, es claro que un tratado comercial por sí solo no significa el desarrollo de un país; se debe acompañar con el entorno adecuado para potencializar y aprovechar sus beneficios. Ese es el verdadero reto que tiene México y estoy seguro de que todos lo tomamos con empeño.