Pilares del Nearshoring, la gran oportunidad del 2024

El espectro global de los negocios y el comercio exterior ha sufrido cambios significativos debido a los retos impuestos por la pandemia del COVID-19. Las cadenas de suministro se vieron seriamente afectadas y fue necesario buscar soluciones innovadoras para mantener la economía en marcha.


Una de las estrategias que ha ganado especial relevancia es el nearshoring, especialmente en el caso de México dada su proximidad con Estados Unidos, el mayor importador a nivel mundial.


Entender el nearshoring implica comprender primero su contraparte: el offshoring. Este último término hace alusión a la práctica de empresas al transferir ciertas operaciones, comúnmente la producción, a proveedores en países distantes, predominantemente en Asia, buscando reducir costos.


Sin embargo, la pandemia expuso la fragilidad de esta estrategia por las largas distancias y diferencias horarias que pueden obstaculizar las cadenas de suministro. Es así como el nearshoring surge como una respuesta ágil y eficiente.


En esencia, se trata de trasladar operaciones de una empresa a otra ubicada en un país cercano y con una zona horaria similar, disminuyendo significativamente los problemas logísticos.


De acuerdo con la consultora Thomson Reuters, diversos factores se alinean para convertir a México en un destino atractivo para adoptar el nearshoring:


● Las difíciles relaciones entre China y Estados Unidos.

● El T-MEC, que facilita el comercio entre nuestro país, Estados Unidos y Canadá.

● La proximidad de las dos naciones.

● Los bajos costos laborales de nuestro país.

● Las cadenas de suministro rápidas y seguras.

● El buen desempeño de la industria nacional, sobre todo en el sector automotriz.


Además, es muy importante señalar que las empresas que ya están instaladas en México se están preparando para convertirse en verdaderos proveedores de alto nivel, que ofrecen soluciones a las empresas que van llegando a nuestro país.


Hablamos de servicios como consultoría de desarrollo de negocios, parques industriales, almacenaje de mercancías o consultoría.


Uno de los temas muy cercanos es en los proveedores de prueba de producto que ofrecen los laboratorios industriales que ya tienen una amplia trayectoria en México. Viendo los alcances que el nearshoring podría llegar a tener, estas empresas están ampliando sus portafolios de negocio para realizar los ensayos de prueba que requieren los fabricantes que desean ensamblar en México y vender en Estados Unidos y Canadá, como son:


U.S. Consumer Product Safety Commission, CPSC (USA).

– U.S. Code of Federal Regulations, CFR (USA).

– American Association of Textile Chemists and Colorists, AATCC (USA).

– National Fire Protection Association, NFPA (USA).

– American Society for Testing and Materials, ASTM (USA).

– Statutory Orders and Regulations, SOR (Canadá).


Se trata de un proceso de adaptación que va cobrando relevancia y que se beneficia de la ubicación geográfica, ya que la proximidad con Estados Unidos asegura una logística de transporte más rápida y eficiente. A esto se suma el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que facilita el movimiento de mercancías entre estos países.


Además, los bajos costos laborales y la eficiencia de las cadenas de suministro en México resultan atractivos para las empresas estadounidenses. Y por si fuera poco, la industria nacional ha mostrado un rendimiento sólido y una capacidad creciente, especialmente en el sector automotriz.


Sin embargo, las proyecciones positivas del nearshoring no lo eximen de desafíos.

Ante la creciente tensión entre Estados Unidos y China, la gran pregunta que se plantea hoy en día es si México tiene el potencial para convertirse en el gran proveedor de América del Norte. La respuesta no es simple.


Asimismo, cabe recordar que las empresas no se mudan a países en desarrollo por altruismo, sino en busca de mayores ganancias. No obstante, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el nearshoring podría aumentar las exportaciones globales de América Latina y el Caribe en $78,000 millones de dólares cada año, de los cuales $35,300 millones corresponderían a México.


En un contexto de incertidumbre global y transformaciones aceleradas, la recuperación económica a través de estrategias como el nearshoring es esencial. Esta alternativa puede traer numerosos beneficios a las empresas que la adopten, potenciado su crecimiento y resistencia frente a los retos actuales y futuros.


Ya el banco global Barclays indica que el nearshoring comienza a imprimir su huella en México, con una llegada récord de inversión extranjera directa.


En contraste, el papel de China en este escenario no debe ser ignorado. La nación asiática fue el líder indiscutible del offshoring y consolidó su posición como la gran fábrica del mundo. Ahora, la nación ha emergido como un generador clave de inversión extranjera y ha empezado su expansión económica global a través de iniciativas como la Ruta de la Seda. De hecho, China figura entre los países que instalan fábricas en México, lo que representa un desafío para la influencia de Estados Unidos.


En la actualidad, nos encontramos en un punto de inflexión. El escenario geopolítico, la presión por la recuperación económica, la adaptabilidad empresarial y la constante evolución de las relaciones internacionales están dando forma a un futuro incierto pero prometedor. En este entorno, el nearshoring emerge como una estrategia que, a pesar de sus desafíos, tiene el potencial de cambiar el rumbo de la economía y traer crecimiento y resiliencia en medio de una era de cambios rápidos y rupturas inesperadas.


Como estrategia, el nearshoring no solo promete un cambio de rumbo en las economías de los países, sino que también tiene el potencial de redistribuir el tablero de ajedrez de la manufactura y la producción a nivel mundial. Los implicados en este escenario son no solo las empresas y los gobiernos, sino también las familias y los trabajadores, cuyos empleos e ingresos pueden verse impactados de manera significativa por estos cambios.


Beneficios tangibles

De acuerdo con el economista John Soldevilla, director general de Economy, Business & Indicators (ECOBI), existen beneficios muy tangibles para nuestro país.


En una entrevista, Soldevilla establece que los beneficios del nearshoring se podrían percibir en un lapso cercano a los siete años, es decir, el tiempo que tardó en hacer efecto el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) a mediados de los noventa. Con base en este escenario, de 2023 a 2030, la economía mexicana podría revelar impresionantes resultados si se logra capturar todos los beneficios generados por esta tendencia:


  • La economía mexicana podría crecer 3.7% al año, tras solo crecer 2.6% anual en las dos últimas décadas.
  • Las manufacturas pesarían 96% de las exportaciones totales.
  • La inversión crecería 7.4% al año y equivaldría a 28.6% del PIB, su máximo histórico.
  • El gran ganador de este fenómeno sería el sector manufacturero representando 22.4% del PIB en 2030, su máximo histórico.
  • Se generarían alrededor de un millón de nuevos empleos formales al año.
  • Las exportaciones aumentaron desde 578,000 millones de dólares en 2022 hasta 1.1 billones de dólares en 2030, pasando de 39% hasta 49% del PIB.
  • La inversión extranjera pasaría de 36,000 millones de dólares en 2022 hasta 87,000 mil millones en 2030, pasando de 2.5% a 3.8% del PIB.


Con este escenario por delante, el mensaje es muy claro: el nearshoring en México no es solo una tendencia momentánea, sino una oportunidad estratégica que podría dar el impulso que requieren empresarios y consumidores de la región de Norteamérica.


La clave está en desarrollar la plataforma de negocio más adecuada a nuestras condiciones de país, así como a desarrollar los mecanismos necesarios para fortalecer la colaboración entre empresas con una visión a largo plazo.

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