Ganando cuotas de seguridad

Ante lo incierto, solo nos queda aferrarnos a todo aquello sobre lo cual podemos tener cierto control, por mínimo que este sea.


La verdad es que, dentro de la industria logística mexicana, pero particularmente en el sector de la transportación terrestre de mercancías, cada vez son menos los factores que podemos dominar; con las bandas criminales increíblemente organizadas y fieramente abastecidas de armamento y tecnología, al acecho de toda unidad que circula por las redes carreteras del país, nos sentimos desnudos y maniatados. Encontrar ese mínimo margen de acción a favor de nosotros parece una proeza irrealizable.


Los espacios geográficos libres de criminalidad se reducen también, sino es que son nulos, a decir de la expansión territorial de los grupos delincuenciales –principalmente, organizaciones criminales a cargo del trasiego de drogas y de otras actividades lucrativas como el robo con violencia al transporte de carga–.


Vivimos acorralados por la violencia que estas organizaciones generan. Ya no hace sentido pensar que la sociedad y los sectores productivos pueden seguir su vida sin sentir los efectos del actuar de estos grupos; estos no solo “luchan entre ellos” sino que afectan la integridad de los jóvenes universitarios, el desarrollo de los pequeños negocios y, como bien sabemos, el desempeño industrial.


Del otro lado tenemos un Estado incapaz de sobreponerse a la fuerza de estas organizaciones tanto en número de efectivos como en cobertura espacial, e incluso, en lo que respecta a instrumental táctico y armamentístico generando un vacío de seguridad que abona a la incertidumbre.


Estos ingredientes siguen favoreciendo el crecimiento desenfrenado de los índices delictivos. Cada trimestre acudimos a las cifras contenidas en los reportes de criminalidad que afectan al sector del transporte, sean oficiales o privados, solo para confirmar que los robos, los asesinatos y el volumen de las pérdidas económicas siguen en aumento.


De acuerdo con los números expuestos en el artículo El robo de carga en México: un crimen al alza que se cobra vidas y miles de millones en pérdidas publicado por Isabella Cota en el diario El País en julio de 2023, el robo de carga cuesta 2,300 millones de pesos anuales –cifra proporcionada por la Asociación de Transportistas Nacionales (ANTAC)–. La misma organización habla también de 600,000 puestos vacantes para operadores de transporte de mercancías que nadie quiere ocupar debido al alto riesgo que supone laborar en este campo; las personas capacitadas para este empleo prefieren buscar suerte en otros mercados como el estadounidense.


¿Quién asume el riesgo?
El riesgo de transitar por las carreteras mexicanas con un tractocamión cargado de mercancías valiosas –ya sean galones de leche, que las organizaciones criminales pueden dispersar en el mercado ilegal, materiales de construcción o vehículos– es altísimo; tanto que las aseguradoras prefieren saltar del barco.


“Hay compañías de seguros que ya no tienen programas para el transporte de carga porque ya no es rentable”, comenta Denise Rivera, experta en pólizas de seguros de mercancías.


Las aseguradoras que se mantienen en México están poniendo cada vez más requisitos a los transportistas al momento de contratar sus pólizas y, de acuerdo con Rivera, dentro de muy poco tiempo estaríamos presenciando incrementos sustanciales en las tarifas.


Pero la maquinaria de la logística mexicana no puede detenerse. El pulso exportador del país, la llegada de nuevas inversiones en diferentes sectores económicos y, en general, el amplio catálogo de oportunidades comerciales que el país tiene frente a sí en el marco de la economía global hace imposible parar en seco y recluirse por temor a los delincuentes. No nos pararán. Ante esto, las compañías de seguros intentan seguir ofertando sus productos para el sector del transporte, pero conservando el justo equilibrio entre los gastos derivados del pago de indemnizaciones y las ganancias.


¿Qué nos queda?
Como dijimos al inicio, solo nos queda controlar lo que esté a nuestro alcance. Contar con pólizas de seguros de mercancías sigue siendo una de las herramientas más confiables dado que son las únicas vías disponibles para recuperar una parte o la totalidad de los valores perdidos en un siniestro. La tecnología de vigilancia y rastreo remoto de unidades, por otro lado, aún resulta efectiva para anticiparnos a la comisión de los delitos y para obtener datos que nos ayuden a planear mejor nuestras rutas.


Por ello, es vital el servicio de monitoreo satelital proporcionado por una compañía de seguridad certificada ante la Secretaría de Seguridad Pública.
Ni uno solo de nosotros puede detener la violencia que ahoga a México, pero todos podemos seguir adelante con los instrumentos que tenemos en nuestras manos para abrirnos paso entre la maleza.

Compartir