México es un país atractivo para la inversión extranjera debido a su posición estratégica y su población joven, además de que somos un país consumista y con la habilidad de poder producir con tecnología de punta.

Se debe de mencionar que los diferentes acuerdos o tratados internacionales nos ayudan a que podamos mantener una relación económica competitiva.

Por otro lado, se tiene una política de comercio exterior que saca provecho del regionalismo comercial, enfocando sus transacciones comerciales con países vecinos, y al mismo tiempo implementado acuerdos comerciales y de cooperación, que puedan fortalecer las relaciones con Estados Unidos, que es su principal socio, tanto en el ámbito de importaciones como de exportaciones.

Por ejemplo, se puede mencionar el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT), el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) (que reemplazó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con fin de tener previsibilidad comercial y preferencias arancelarias, considerando al mismo tiempo que México y Canadá son los principales socios comerciales de USA, ya que aproximadamente un 80% de las Exportaciones Mexicanas tienen como destino Estados Unidos.

Esto denota una gran concentración del mercado de las exportaciones.

Contrastando a lo anteriormente comentado, hemos de subrayar que la lista de TLC’s mexicanos de nuestro país encontrando que no se cuenta con un Tratado de Libre Comercio con China; un país que, si bien tiene una gran diferencia cultural y es un importante competidor en la exportación de productos manufacturados, sería un mercado muy amplio para las exportaciones de productos mexicanos.

Las importaciones originarias de China hacia México representaron un 20% en el año 2021. Un TLC permitiría acceder a productos de origen de China a más bajo costo por las preferencias arancelarias. Bajo este tenor encontramos una importante oportunidad para los mercados de México para firmar un acuerdo de libre comercio con China.

Para aprovechar estas oportunidades, sin embargo, es necesario que se atiendan algunas de las debilidades más notorias en materia de infraestructura energética y de transporte, seguridad pública y desarrollo de capital humano que le restan competitividad a México. En particular, se deberán atender aquellas deficiencias que han limitado la integración de los estados de la región sur-sureste del país a
las cadenas globales de producción.

De otra forma persistirá una distribución desigual de los beneficios del comercio
internacional entre los estados del norte del país, que se han integrado de mejor manera a las cadenas productivas globales.

En 2020, por ejemplo, las entidades que se ubican a lo largo de la frontera norte del país concentraron el 59% (218 mil millones de dólares –mmd–) de las exportaciones totales de mercancías (372 mmd), mientras que las entidades
del sur-sureste sólo aportaron el 6% (23 mmd).

Un ejemplo que se está haciendo en otros lugares es como lo que están haciendo en EEUU para reactivar la economía. En marzo del año pasado el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció como parte del American Jobs Plan “invertir 2.25 billones de dólares durante los próximos ocho años”. Además de puentes, caminos y tuberías, el plan se enfoca en cuatro misiones:

-Acelerar la transición energética.
-Aumentar la inversión en innovación tecnológica.
-Asegurar cadenas de suministro en industrias estratégicas.
-Reconfigurar la infraestructura urbana y digital, priorizando comunidades desfavorecidas.

México podría buscar activamente la reubicación en territorio nacional de empresas estadounidenses y de otras nacionalidades que actualmente se encuentran en países como China, así como el desarrollo de nuevas industrias con miras a evitar futuras disrupciones de las cadenas de suministro como las que la crisis de COVID-19 ocasionó y que a la fecha tienen efectos negativos sobre distintas industrias en la región de América del Norte.

Hoy en día, los retos en materia de comercio exterior para el país son enormes, no sólo en términos de la implementación de los tratados comerciales antes señalados, sino también de la coyuntura por la que atraviesa el comercio internacional; sin embargo, las oportunidades también lo son. México tiene uno de los mercados industriales más grandes y atractivos del mundo.

Por lo cual, con una política industrial con objetivos y estrategias claras, es posible que el país aproveche las oportunidades comerciales.

Desafortunadamente, la política industrial de México hasta este momento no existe, las empresas en su mayoría son de inversión extranjera y las PYMEs siguen siendo un sueño para el desarrollo económico de México, se tienen acciones, pero
nuestra principal área de oportunidad es un tema más cultural y político del cual se tienen que romper paradigmas de muchas generaciones y a marchas forzadas, esperemos que nuestro actual o próximos gobiernos seamos más agresivos con este cambio.