La invitación de los BRICS a Argentina a sumarse al grupo desde 2024 podría representar nuevas oportunidades económicas para el país suramericano, aunque la falta de consenso sobre la conveniencia geopolítica de esta incorporación pone en duda que finalmente se concrete el ingreso a ese bloque de economías emergentes.
El grupo integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) representa el 23 % del PBI global y el 42 % de la población mundial, un mercado que ya acapara el 30 % de las exportaciones argentinas.
“El ingreso de Argentina es sumamente importante en términos comerciales. Aunque no se trata de un acuerdo que implique reducción de aranceles, el hecho de pertenecer a este grupo podría incrementar el flujo de exportaciones”, dijo a EFE Lisandro Mogliati, consultor en negocios internacionales y experto en comercio exterior.
Brasil y China son ya los dos mayores socios comerciales de Argentina, cuya economía, atravesada por severos desequilibrios y con exiguas reservas monetarias, necesita con urgencia incrementar el ingreso de divisas.
Además de Argentina, BRICS acordó este jueves, en el marco de la cumbre del bloque celebrada en Johannesburgo, habilitar la incorporación desde 2024 de Arabia Saudí, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán, grandes demandantes de alimentos que produce el país suramericano.
IMPLICACIONES GEOPOLÍTICAS
Sumarse a los BRICS también podría representar para Argentina mayores inversiones en sectores estratégicos como los hidrocarburos y la minería y, además, el acceso a otras vías de financiación.
“El Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS, con sede en China y presidido por la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff, representa una fuente de financiación alternativa al FMI, al Banco Mundial o al Club de París, y va a apuntalar proyectos de inversión y desarrollo productivo y de sostenibilidad ambiental”, destacó Mogliati.
Para Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, las supuestas ventajas económicas no son tan claras: “No hay ningún compromiso formal de apertura de mercados ni libre comercio, tampoco de inversiones, cuestiones que, de pretenderse, deberán negociarse bilateralmente”.
Para el experto, tampoco se asegura un acceso a crédito a tasas preferenciales del banco de los BRICS, lo que probablemente exija compromisos formales y algún aporte de capital a la entidad.
Más allá de los buenos o malos negocios que puedan hacerse, Marí también cuestionó la conveniencia de que Argentina ingrese a los BRICS “de la mano de países a los que no se parece ni pretende parecerse”, como Irán, en medio de una coyuntura donde Argentina depende de un programa financiero con el FMI, “institución guiada por los países occidentales”.
DEFINICIÓN ELECTORAL
Según Mogliati, el ingreso de Argentina a un grupo integrado por Rusia y, eventualmente, por Irán, “no pasa desapercibido” ni para Estados Unidos ni para la Unión Europea (UE), importantes inversores y socios comerciales de la segunda mayor economía suramericana que, además, es miembro del Mercosur, bloque con el que los europeos negocian un acuerdo de libre comercio de enorme peso.
“China, además, disputa la hegemonía global a Estados Unidos y a la UE y tiene intereses geopolíticos y económicos en Latinoamérica. Pero el sesgo político no debe apartarnos de la verdadera relevancia de los BRICS, que es económica y de potenciación del comercio”, sostuvo Mogliati.
Como sea, el ingreso de Argentina dependerá del resultado de las elecciones presidenciales de octubre.
El ministro de Economía argentino y candidato presidencial oficialista, Sergio Massa, cree que es una oportunidad. Pero los dos principales candidatos opositores, el libertario Javier Milei y la aspirante de centroderecha Patricia Bullrich, aseveraron que Argentina no será parte de los BRICS si llegan a la Presidencia.
Bullrich objetó unirse a la Rusia invasora de Ucrania y a Irán, país acusado de estar detrás del mayor atentado terrorista perpetrado en Argentina, el cometido en 1994 contra la Asociación Mutual Israelita (AMIA), que causó 85 muertos y 300 heridos.
Por su parte, Milei aseguró que no va a impulsar un trato con “comunistas” y que su “alineamiento de geopolítica será con Estados Unidos e Israel”.
Natalia Kidd
FUENTE: EFE