Nearshoring en México: Sin reglas claras, no hay ventaja competitiva

México está en el radar global. Somos promovidos como el destino ideal para el nearshoring por nuestra cercanía con EE.UU., nuestros tratados comerciales y nuestra posición estratégica. También se nos reconoce como socio clave en la tendencia del friendshoring, en un mundo donde la geopolítica redefine cadenas de valor.
 
Pero más allá del entusiasmo, hay que detenerse y mirar con seriedad: el verdadero reto no es geográfico ni comercial. Es normativo.
 
Hoy, operar en comercio exterior en México implica navegar un entorno regulatorio volátil, fragmentado y muchas veces contradictorio. Las reglas cambian sin previo aviso. Las disposiciones legales se publican sin estudios de impacto ni coordinación interinstitucional, ni con el sector privado. Lo que hoy es permitido, mañana se vuelve sancionable.
 
El resultado: un ecosistema de incertidumbre. Cambios en clasificaciones arancelarias, NOMs, permisos, criterios sanitarios y disposiciones fiscales generan confusión, elevan costos y erosionan la confianza.
 
En este contexto, el nearshoring corre el riesgo de ser una oportunidad desperdiciada. Porque no basta con estar cerca: se necesita un entorno estable y confiable para atraer y sostener inversión. No basta con ser socio: se necesita ser predecible, eficiente y competitivo.
 
La sobrerregulación se ha vuelto un enemigo silencioso. No mejora: obstaculiza. No ordena: castiga. Y eso ahuyenta capital, ralentiza operaciones y limita el crecimiento.
 
El desafío de México no es sólo atraer inversión. Es demostrar que puede sostenerla.
 
¿Qué hacer?
 
  1. Establecer un paréntesis regulatorio y revisar integralmente el marco normativo del comercio exterior.
  2. Crear un sistema nacional de calidad y simplificación regulatoria con revisión técnica y operativa previa.
  3. Formalizar mesas permanentes de diálogo entre autoridades y el sector productivo, incluyendo comercio y servicios.
  4. Replantear la visión del cumplimiento: de castigo a incentivo, de obstáculo a ventaja competitiva.

 

La oportunidad está en nuestras manos. Pero para aprovecharla, debemos comenzar por hacer nearshoring hacia adentro: modernizar nuestro marco normativo, invertir en procesos claros y construir un entorno empresarial que esté a la altura de nuestras promesas.
 
Porque antes de recibir inversión extranjera, debemos invertir en nosotros mismos.
 

Octavio de la Torre de Stéffano

Presidente de Concanaco Servytur

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