México aumentó la proporción de las exportaciones en su Producto Interno Bruto (PIB) en la última década. Mientras que en 2014 este porcentaje era de 31.5%, en 2024 cerró en 36.7%, alcanzando su punto más alto en 2022, con un 42.7%, de acuerdo con datos del Inegi y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Considerando el cambio en curso del sistema del comercio global, este indicador será un reflejo del ajuste de la economía mexicana al respecto, dada su integración comercial y productiva con Estados Unidos y la intención del gobierno federal de impulsar más el desarrollo del mercado interno.
México tiene una ubicación intermedia en la porción de sus exportaciones como porcentaje del PIB. Entre los grandes exportadores globales, esta relación fue así en 2024: China, 21.4%; Estados Unidos, 10.8%; Alemania, 46.1%, y Países Bajos, 101.6 por ciento.
La estadística anterior toma en cuenta exportaciones tanto de productos como de servicios y el PIB a precios actuales de cada año.
Del total de las exportaciones mexicanas de productos, 89.8% fueron manufacturas en 2024. México ha impulsado la apertura comercial y la logística, a la vez que ha desarrollado su sector manufacturero con el doble objetivo de capitalizar: menores costos operativos de fabricación y su frontera común con Estados Unidos, su principal socio comercial de exportación.
En la última década, la participación de las exportaciones en el PIB de México creció desde 31.5% en 2014 y alcanzó su pico en 2022, con 42.7 por ciento.
Desde la perspectiva de Sergio Islas, director general de SIEM Business, empresa especializada en comercio exterior y agencia aduanal, el comercio exterior y las aduanas en México enfrentan un entorno dinámico marcado por nuevas regulaciones, desafíos geopolíticos y esfuerzos para modernizar procesos. Islas expuso que los aranceles impuestos por el presidente estadounidense, Donald Trump, generaron fuertes presiones en las aduanas mexicanas, con un crecimiento en la congestión en cruces clave como Nuevo Laredo y Ciudad Juárez, debido a que en su momento muchas empresas adelantaron exportaciones para evitar sobrecostos y el sistema no estaba preparado para este volumen.
Los aranceles implican uno más de los muchos desafíos que enfrenta el sistema del comercio exterior mexicano, como los constantes cambios en la reglas y las disrupciones logísticas y de producción en el mundo.
Para encarar estos retos, Islas destacó que el gobierno de México hace uso de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial y la big data, y está fortaleciendo su prevalidador de pedimentos, que son documentos utilizados en el comercio exterior de México con los cuales se acredita legalmente la entrada o salida de mercancías del país.
Otras economías con una proporción alta de exportaciones en su PIB en 2024 fueron: Francia (32.6%), Corea del Sur (44.0%) y Hong Kong (185.5 por ciento), el cual actúa como un puerto comercial y centro de reexportación. Esto significa que una gran parte de sus exportaciones no son productos fabricados allí o que tienen un bajo contenido local, sino bienes importados (por ejemplo, desde China u otros países) que luego se vuelven a exportar con transformaciones que pueden no ser sustanciales.
Cada vez que un bien entra y sale del territorio, se contabiliza como importación y exportación, lo que infla el valor total del comercio exterior respecto al tamaño real de su producción interna (PIB). México envía 83% de sus exportaciones a Estados Unidos, por lo que sectores como el automotriz, acero y aluminio -claves para la economía mexicana- han enfrentado mayores costos derivados de los aranceles. Para Islas Arias, las nuevas circunstancias requieren que las agencias aduanales implementen mayores esquemas de control.