Nearshoring y sustitución de importaciones, crucial para evitar aranceles

El T-MEC sigue impactando a las industrias mexicanas, donde la correcta certificación de origen y la valorización aduanera son esenciales para mitigar los efectos de los aranceles.


En un contexto de transformación global de las cadenas de suministro, México ha encontrado en la sustitución de importaciones y el nearshoring (relocalización de líneas de producción) una estrategia clave para fortalecer su industria, reducir la dependencia de insumos extranjeros y aprovechar su posición geográfica estratégica.


Durante la conferencia El Comercio Exterior y la importancia de la Sustitución de Importaciones del Comité de Logística y Aduanas del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce), Eduardo Castorena Román, socio en Comercio Exterior y Aduanas de Deloitte, explicó cómo este modelo busca impulsar la producción nacional a través del nearshoring y atraer nuevas inversiones al país.


“El objetivo es claro, generar un entorno más competitivo para la manufactura en México, fomentar la inversión en sectores estratégicos y aprovechar los incentivos del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC)”, señaló Castorena.


La sustitución de importaciones no es un concepto nuevo en México, ya que a mediados del siglo XX el país aplicó una política similar para impulsar su industrialización, basada en altos aranceles y restricciones a la importación.


Sin embargo, el modelo actual se diferencia porque no se fundamenta en proteccionismo, sino en incentivos para atraer inversiones y fomentar la producción local de insumos estratégicos.


“Antes se usaban barreras arancelarias para obligar a las empresas a consumir insumos nacionales. Hoy el enfoque es distinto, se trata de generar condiciones que hagan más atractiva la producción local. No estamos cerrando mercados, sino integrándonos de manera más eficiente a las cadenas globales”, explicó el especialista.


Uno de los principales impulsores de esta estrategia es el nearshoring, es decir, la relocalización de proveeduría hacia regiones más cercanas al mercado final.

Castorena destacó que esta tendencia se ha acelerado debido a los conflictos comerciales entre Estados Unidos y China, así como a los problemas en las cadenas de suministro que dejó la pandemia.


“Esto fortalecerá las relaciones bilaterales con Estados Unidos y permitirá el desarrollo de cadenas productivas más eficientes. Además, impulsará la productividad, la inversión en investigación y desarrollo, y aumentará las exportaciones hasta en 50 mil millones de dólares. También se estima que generará más de 1.1 millones de empleos e impulsará los salarios y la producción manufacturera”, afirmó.


Castorena explicó que este proceso no se basa únicamente en imponer aranceles a productos extranjeros, sino en incentivar la inversión en el país a través de programas como IMMEX, que facilita la importación temporal de insumos sin pagar impuestos, y la certificación en materia de IVA, que permite la devolución de este impuesto a empresas exportadoras.


México, señaló, es uno de los países más competitivos en América Latina para este tipo de inversiones, gracias a sus acuerdos comerciales, infraestructura y cercanía con Estados Unidos.


Entre los principales beneficios de este esquema está la reducción de costos de producción, mayor control sobre la economía y calidad de los productos, desarrollo de producción y comercialización más cercana a los clientes, optimización de la logística y reducción de tiempos de entrega; así como incentivos fiscales y comerciales.


A pesar de sus ventajas, el modelo de sustitución de importaciones enfrenta varios desafíos, entre ellos la necesidad de desarrollar proveedores especializados en México y cumplir con las reglas de origen del T-MEC.


“Si una empresa importa la mayoría de sus insumos de otro país, sus productos no calificarán como originarios bajo el tratado comercial y podrían enfrentar aranceles del 25%. El reto es lograr que la manufactura y los proveedores estratégicos se establezcan en México, permitiendo que toda la cadena de valor esté integrada en el país”, detalló Castorena.


Otro desafío importante es la especialización de la proveeduría nacional. Sectores como el de los semiconductores requieren tecnología altamente avanzada, y desarrollar proveedores en México puede tardar años.


“La especialización es clave. Si una empresa automotriz llega a México y necesita insumos específicos, pero estos no existen en el país, tendrá que seguir importándolos. Lo ideal es atraer tanto a los fabricantes finales como a sus proveedores, de modo que toda la cadena de producción quede integrada en México”, explicó.


Además, mencionó que las barreras regulatorias pueden ser un obstáculo para algunas empresas que buscan establecerse en el país, pero destacó que hay esfuerzos por parte del gobierno para simplificar trámites y mejorar el entorno de negocios.


Tensiones en la relación comercial y su impacto económico

Los aranceles adicionales impuestos por Estados Unidos en productos provenientes de países como China, la Unión Europea y algunos miembros de los BRICS han afectado a diversas industrias.


Castorena señaló que este tipo de medidas, junto con la crisis migratoria y la lucha contra los cárteles de droga, se utilizan como justificación para imponer sanciones comerciales, aunque su impacto en la creación de empleo y la economía no ha sido tan claro.


“La implementación de estas sanciones no necesariamente ha dado los resultados esperados en cuanto a la creación de empleos, particularmente entre la población latina en Estados Unidos. Sin embargo, lo que estamos viendo es que la relocalización de empresas se está viendo como una alternativa más viable para evitar estos riesgos de aranceles, y eso está beneficiando directamente a países como México”, explicó.


A pesar de estos retos, los especialistas coinciden en que México tiene ventajas estratégicas que lo posicionan como un destino clave para la relocalización de empresas.


“Estados Unidos quiere reducir su dependencia de China y México es el socio natural para ello. El reto está en aprovechar esta oportunidad con políticas que incentiven la inversión, la innovación y el desarrollo tecnológico”, dijo Castorena.


En los próximos años, se espera que más empresas opten por trasladar su producción a México, consolidando el país como un actor clave en la nueva configuración de las cadenas globales de suministro.


FUENTE: T21

Compartir

Recibe las noticias más relevantes del medio

en tu correo electrónico