Aranceles de Trump hacen temblar a economía de EU: ¿Podría haber una desaceleración?

La economía estadounidense está mostrando señales mixtas, lo que ha generado un intenso debate sobre si las políticas comerciales impulsadas por el presidente Donald Trump podrían llevar al país a una recesión más profunda.


Por un lado, los llamados “datos blandos” –encuestas de percepción entre consumidores y empresarios– advierten sobre una desaceleración en el horizonte. Factores como la imposición de aranceles y los recortes en el gasto público han generado incertidumbre. Sin embargo, los “datos duros” –como las cifras de empleo y manufactura– reflejan un panorama menos alarmante y sugieren que las preocupaciones pueden estar siendo exageradas.


Esta contradicción ha provocado inquietud tanto en Wall Street como en Washington. En cuestión de semanas, EE.UU. pasó de ser una de las economías con mejor desempeño a convertirse en una fuente de incertidumbre global. La Reserva Federal ajustó sus expectativas de crecimiento a la baja, mientras que la OCDE advierte que las políticas comerciales del país afectarán la economía mundial.


La incertidumbre ha sido alimentada por encuestas de instituciones como la Universidad de Michigan y The Conference Board, donde los consumidores han expresado preocupación por un posible incremento en los precios debido a los aranceles. Esta inquietud también ha resonado en el ámbito empresarial: compañías como Nike y Delta Air Lines han visto cómo la volatilidad del mercado ha afectado sus acciones en el último mes.


Empresas de distintos sectores están explorando opciones para mitigar el impacto de los aranceles, recurriendo al T-MEC como posible escudo ante las medidas comerciales de Trump. Sin embargo, la situación sigue siendo incierta.


El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha intentado calmar los temores sobre el alza de precios, argumentando que ciertos datos recientes podrían ser atípicos. Powell ha señalado que la correlación entre encuestas de percepción y cifras económicas concretas no siempre es clara, por lo que la Fed ha optado por mantener las tasas de interés sin cambios hasta que haya mayor certeza sobre la evolución de la economía.


En un principio, la llegada de Trump al poder generó optimismo entre consumidores, pequeñas empresas y el sector de la construcción, quienes esperaban que sus políticas favorecieran el crecimiento. Sin embargo, las preocupaciones por los aranceles, el alza en productos básicos y la volatilidad del mercado han cambiado esa percepción.


El empleo y el consumo: señales encontradas

A pesar del panorama incierto, las cifras de empleo muestran que la economía sigue en marcha. Aunque el crecimiento del empleo se desaceleró ligeramente en febrero y el desempleo aumentó marginalmente, los datos aún reflejan un mercado laboral estable. La inflación, por su parte, registró su menor incremento en cuatro meses.


Otros indicadores ofrecen un panorama más complejo. La producción industrial superó las expectativas, lo que sugiere que algunos fabricantes han aumentado su actividad en previsión de los aranceles. Mientras tanto, el repunte en la construcción de viviendas nuevas parece haber sido impulsado por una recuperación tras las condiciones climáticas adversas en enero.


El consumo, sin embargo, es el eslabón más débil. Los datos del Departamento de Comercio muestran que las ventas minoristas y el gasto ajustado a la inflación han sido menos dinámicos de lo esperado, lo que genera preocupaciones sobre el futuro del crecimiento económico.


Incertidumbre en el sector empresarial

Empresarios como Alicia Barker, presidenta de Organizers Direct Industries, enfrentan dificultades para definir estrategias a largo plazo debido a la volatilidad de la política comercial. “El aumento en los costos de materiales ya representa un reto para nuestra industria, y los aranceles solo lo complican más”, explica Barker.

La falta de claridad sobre las próximas medidas gubernamentales mantiene en vilo a inversionistas y empresarios, quienes intentan anticiparse a los cambios sin contar con certezas suficientes.


En definitiva, el rumbo de la economía estadounidense sigue siendo incierto. Mientras algunos datos sugieren estabilidad, la percepción de consumidores y empresas indica lo contrario. La pregunta clave es si estos temores se materializarán en una desaceleración real o si, por el contrario, la economía logrará sortear la tormenta.


FUENTE:Staff

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