México perdió el pasado viernes la disputa contra Estados Unidos y Canadá, luego de la prohibición que inició contra el uso de glifosato y el maíz genéticamente modificado en el país, de acuerdo con el informe final del grupo de especialistas conformado en el marco del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
El panel estipuló que la medida unilateral de México va en contra de las disposiciones del acuerdo comercial de Norteamérica.
Además, el grupo conformado por tres especialistas concluyó que las medidas implementadas por México en torno al maíz genéticamente modificado no cumplen con los estándares internacionales y científicos requeridos por el tratado.
Este fallo, que ha generado una fuerte respuesta del Gobierno mexicano, es el resultado de una controversia que inició Estados Unidos y a la que se sumó Canadá, al impugnar dos aspectos del decreto mexicano sobre el glifosato y maíz transgénico de 2023.
La disputa giró desde entonces alrededor de las medidas del Gobierno mexicano que prohíben el uso de maíz transgénico para consumo humano, incluyendo la producción de masa y tortillas, y establecen una gradual sustitución de este maíz en la alimentación animal y el uso industrial.
Según el panel, estas medidas no se basan en una evaluación de riesgos adecuada ni en la evidencia científica necesaria, lo que constituye una violación de los principios del T-MEC, que requieren políticas comerciales basadas en la ciencia.
“Tampoco hay ninguna indicación de qué métodos de recopilación de datos e información se utilizaron, ni de qué métodos de evaluación de riesgos basados en la ciencia y técnicas estadísticas se emplearon para evaluar los datos y la información”, apuntó el informe final.
Además, subrayó que no se determinaron riesgos de plaga por las autoridades mexicanas.
El fallo subraya que las autoridades mexicanas tampoco entregaron un análisis que detallara cómo se otorgaron los permisos previos para el uso de maíz transgénico en los campos mexicanos y “mucho menos un análisis disciplinado y una explicación de por qué dichos estudios ya no serían adecuados”.
Estados Unidos, a través de su representante comercial Katherine Tai, celebró el fallo, calificándolo como una victoria para los agricultores, procesadores y exportadores estadounidenses.
Tai señaló que este fallo reafirma su postura sobre la necesidad de políticas comerciales basadas en evidencia científica, las cuales permitirían que los agricultores estadounidenses compitieran de manera justa en el mercado mexicano.
México, en desacuerdo
En contraste, el Gobierno mexicano expresó en un comunicad que no comparte la decisión, subrayando que las medidas implementadas estaban dirigidas a proteger la salud pública y los derechos de los pueblos indígenas, aspectos que considera fundamentales en su legislación interna.
En la nota, el Gobierno mexicano reiteró su compromiso con la salud, la conservación del medio ambiente y la protección de la cultura nacional, valores que fueron reconocidos por el panel como preocupaciones legítimas.
Sin embargo, México también afirmó que respetará la decisión del panel, al ser el sistema de solución de controversias del T-MEC una parte crucial del tratado.
México también dejó claro que continuará buscando alternativas para garantizar la autosuficiencia alimentaria y la protección de su biodiversidad, en concordancia con las normas internacionales que ha adoptado.
Este fallo es un hito importante en la implementación del T-MEC, que podría marcar un precedente en la resolución de disputas comerciales entre los tres países miembros.
Ahora, conforme a las reglas del tratado, México tiene un plazo de 45 días para cumplir con el fallo y adecuar sus medidas de acuerdo con las conclusiones del panel.
FUENTE: EFE