Según Juan Carlos Baker, exsubsecretario de Comercio Exterior, la posible aprobación de la reforma judicial genera incertidumbre entre los inversionistas, debilita la confianza empresarial en México y aumenta el riesgo de invertir en el país, mientras se anticipa una renegociación compleja del acuerdo comercial.
El impacto más significativo podría ser la pérdida de confianza en México, en sus instituciones y en su atractivo como lugar para hacer negocios, justo en un momento en que el nearshoring ofrece oportunidades.
La aprobación de la reforma judicial no solo genera incertidumbre entre los inversionistas y eleva el riesgo para México, sino que también deteriorará la confianza de los mercados, una situación difícil de revertir a corto plazo, especialmente considerando que la revisión del T-MEC está a menos de dos años. Esto fue señalado tanto por exnegociadores del acuerdo como por analistas económicos.
Baker, quien también fue negociador del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), subrayó que la inminente aprobación de la reforma judicial del presidente Andrés Manuel López Obrador podría frenar nuevas inversiones.
“Habrá una erosión en la confianza. Si se aprueba como se ha discutido, las consecuencias en el entorno de negocios serán inmediatas, afectando variables como el tipo de cambio, el riesgo país y la inversión. Al ser un país muy dependiente del comercio internacional, los efectos serán visibles rápidamente, y en un mediano plazo, es posible que la inversión extranjera deje de crecer”, advirtió Baker.
En el contexto de la presentación de la “Política Industrial” por parte del IMCO, Baker señaló que lo más preocupante es la posible afectación a la confianza en México y sus instituciones, justo en un momento en que el nearshoring presenta oportunidades.
Valeria Moy, directora del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), coincidió en que las reformas propuestas, que incluyen el voto popular para el poder judicial y cambios en las reglas, incrementarán el riesgo país. Aunque no provocarán una fuga inmediata de inversiones o el cierre de empresas, podrían evitar que nuevas inversiones lleguen, algo que nunca se podrá cuantificar porque simplemente no ocurrirán.
“Nos convertiremos en un país más riesgoso y menos atractivo”, afirmó Moy.
En medio de la discusión de la reforma judicial y la eliminación de órganos reguladores, los inversionistas enfrentan un panorama lleno de incertidumbre.
Moy agregó que aunque el Poder Judicial necesita ajustes, las propuestas actuales no son las adecuadas, ya que van en contra de lo que el país requiere, tanto en términos de inversión como de democracia.
Por su parte, Emilio Cadena, director de Prodensa e integrante del Consejo Coordinador Empresarial, describió el clima de negocios en México como “no óptimo” para las inversiones, debido a la incertidumbre generada por los posibles cambios en las reglas del juego.
FUENTE: STAFF