
Balance del sector manufacturero
Entorno sectorial de MéxicoDurante el periodo julio–septiembre de 2025, la industria manufacturera de México exhibió una notoria atonía de la producción, lo que ocasionó un
Entorno sectorial de México
Durante el periodo julio–septiembre de 2025, la industria manufacturera de México exhibió una notoria atonía de la producción, lo que ocasionó un enfriamiento significativo en los niveles de empleo. De acuerdo con el Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI), en lo que va del año, el componente manufacturero acumula una caída promedio de 0.5% anual (a/a), reflejando tensiones en las cadenas de suministro de los principales subsectores productivos del país. No obstante, la dinámica del sector externo ha mostrado un comportamiento diferenciado: mientras los envíos de manufacturas no automotrices han mantenido un avance moderado, las automotrices continúan con bajo dinamismo, condicionadas por menores niveles de producción.
A este entorno se añade la incertidumbre sobre las políticas proteccionistas de EUA, que incrementan los riesgos para las exportaciones mexicanas. Hasta octubre se mantuvieron vigentes las tarifas arancelarias de 25.0% para los vehículos ligeros y autopartes, y del 50.0% para el acero, aluminio y cobre; sin embargo, en noviembre se ampliaron los gravámenes con nuevos aranceles del 25.0% para camiones pesados y medianos y de 10.0% para autobuses, lo que podría ejercer fricciones sobre los costos de insumos y la competitividad de los fabricantes nacionales.
Con cifras al octavo mes del año, la mayoría de las ramas industriales presentaron una disminución en el volumen físico de producción. La principal preocupación se enfoca en la fabricación de equipos de transporte, maquinaria y equipo, y productos metálicos, aunado a la desaceleración de la inversión nacional (pública y privada). En este contexto, la manufactura refleja una dinámica diferenciada entre el mercado interno y externo. En el ámbito externo, las exportaciones no automotrices han contribuido a sostener parcialmente la actividad, mientras que, en el mercado interno, la debilidad del sector automotriz y las presiones en la industria de metales continúan afectando la producción. Cabe destacar que, esta combinación de factores podría trasladarse a las industrias conexas y proveedoras de insumos (como partes de vehículos, plásticos, motores, transmisiones, componentes electrónicos y productos de hierro y acero), lo que acentuaría efectos de un menor dinamismo. En conjunto, los resultados coinciden con la debilidad sectorial de las cifras oportunas del PIB al 3T-25 (-1.5% trimestral), que anticipan una contracción anual de 1.5% de enero a septiembre, evidenciando un claro debilitamiento de la actividad.
Producción industrial de EUA
El dinamismo de la producción industrial estadounidense mantiene una relación directa con el desempeño de la actividad económica de México, debido a la profunda integración en las cadenas de suministro de ambas economías. Esta conexión regional se deriva de las ventajas comparativas del país, las cuales le han permitido especializarse como un eje ensamblador de EUA, lo que ha propiciado una robusta interdependencia del comercio en la Región de Norteamérica, que se realiza en el marco del T-MEC. Subsectores como la fabricación de equipo de transporte, aparatos eléctricos y maquinaria especializada presentan una elevada vinculación, lo que implica que cualquier cambio en la demanda o en la producción estadounidense tiende a reflejarse, en el corto plazo, en la evolución de las exportaciones manufactureras mexicanas. Durante los últimos dos años, México se ha posicionado como el principal proveedor de mercancías (manufacturas y automotriz) de EUA, al tener una participación del 84.0% de sus importaciones totales.
En lo que respecta al comportamiento industrial en EUA, durante el bimestre de julio-agosto, se observó un modesto crecimiento de 1.1% a/a, luego de mostrar un enfriamiento parcial en el periodo anterior (+0.8%). En su comparación mensual, en agosto, la producción industrial aumentó 0.1% (m/m); mientras que el componente manufacturero, el cual representa cerca del 75% del total, incrementó 0.2% m/m. Este resultado fue apoyado por una mayorfortaleza de la industria automotriz y la de electrónicos y computadoras. En paralelo, el índice de gerentes de compras (PMI) de octubre sugiere que la industria manufacturera continuará con una modesta expansión, impulsada por el crecimiento de la producción y de los nuevos pedidos, ante una notable recuperación de la demanda.
Producción industrial de México
En cuanto a la dinámica local y de acuerdo con el Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI), en septiembre (usando cifras desestacionalizadas) la producción total se mantuvo con un bajo dinamismo, disminuyó 0.4% m/m (vs -0.3% previo) y acumuló cuatro meses de descensos. A su interior, las industrias manufactureras conservaron resiliencia con un aumento de 0.2% m/m. Sin embargo, en términos anuales, el sector profundizó su tendencia descendente, ante una contracción de 2.3%, lo que confirma señales de deterioro y debilita las expectativas de crecimiento para el cierre de año.
En el desempeño mensual por ramas productivas, en septiembre, se registraron retrocesos en 17 de los 21 subsectores principales, equivalente al 81.0% del total. El mayor deterioro provino de la industria de la madera (-1.9% m/m), de otras industrias manufactureras (-2.7%), y de la elaboración de muebles (-3.8%). A su vez, la producción de equipos de transporte cayó 1.5% m/m, hilando cuatro meses de disminuciones; mientras que las industrias metálicas (-0.3%) y la producción de sus derivados (-0.6%) se mantuvieron con retrocesos. En contraste, se presentó un repunte en la fabricación de equipos de computación y electrónicos (+2.2%), así como en la de maquinaria y equipo (+2.8% m/m). Bajo este contexto de debilitamiento y considerando las presiones arancelarias en el sector industrial, en particular para el rubro automotriz, se observa una notable pérdida de dinamismo en la fabricación de automóviles y camiones, que entre enero y septiembre acumuló un decremento anual del 8.2% (usando cifras originales).
Indicadores del sector manufacturero
En agosto y con cifras desestacionalizadas, el volumen físico de la producción de las industrias manufacturera disminuyó 0.3% m/m, acumulando dos meses consecutivos con retrocesos. Esta desaceleración se extiende en su comparación anual (cifras originales), marcando una contracción del 3.0% a/a, lastrada por los retrocesos de 16 de los 21 subsectores principales. El mayor deterioro provino de la fabricación de insumos textiles (-10.4%), en las de prendas de vestir (-9.8%) y en la industria de la madera (-9.4%). Otros retrocesos relevantes fueron en la producción del rubro automotriz (-8.2% a/a), en la de productos y estructuras metálicas (-3.9%) y en las de maquinaria y equipo (-0.5%). En contraste, se registraron avances en el volumen de la producción de otras industrias manufactureras (+5.8%) y en las industrias metálicas básicas (+2.8%).
Respecto al valor de los productos elaborados por industrias, se alcanzó un monto de $925.5 mdd, de los cuales el 32.0% provino de la fabricación de equipos de transporte, 16.3% de la industria alimentaria y el 8.2% de la industria química. Por su parte, las entidades que generaron el mayor valor de la producción fueron: Nuevo León, Coahuila y Guanajuato. Con estos resultados, el desempeño manufacturero de agosto reafirma la fragilidad del sector, ante una caída generalizada en los subsectores de bienes de consumo. No obstante, los avances en las ramas metálicas y otras manufacturas reflejan un breve impulso hacia actividades de mayor valor agregado, aunque aún insuficiente para revertir la tendencia descendente del sector.
En seguimiento con la debilidad observada, las cifras de la capacidad de utilización de planta de agosto confirman un enfriamiento de la actividad, ubicándose en un nivel de 79.3%, lo que implicó una disminución anual de 3.0 puntos porcentuales (pp). En su desempeño por industrias y subsectores, la capacidad de planta de la rama automotriz (84.5%) se redujo 6.8 pp, lastrada por una pérdida de dinamismo en la capacidad de producción destinada para automóviles y camionetas (66.4%), que registró una reducción anual de 28.7 pp. Otros subsectores que se mantienen con disminuciones en su capacidad productiva son: la fabricación de productos metálicos (-5.1 pp), la de maquinaria y equipo (-2.2 pp) y la industria química (-1.1 pp). En contraste a este desempeño, el rubro vinculado a los equipos de cómputo y accesorios electrónicos se mantuvo con un avance anual de 1.1 pp, alcanzando una capacidad de utilización del 94.0%.
En conjunto, los resultados reafirman un menor uso de la capacidad instalada, como reflejo de la debilidad persistente en la demanda (con presiones en los inventarios), así como por las presiones arancelarias que involucran mayores costos de producción. Si bien algunos segmentos vinculados a la electrónica mostraron mayor resiliencia en el periodo, el balance general del sector continúa en terreno contractivo. La recuperación de la utilización de planta dependerá de un repunte sostenido en la producción manufacturera, del inicio y/o anuncio de proyectos asociados al nearshoring, así como de un impulso adicional en la inversión productiva hacia los próximos meses.
Hacia adelante, las presiones continuarán ligadas a la incertidumbre de las políticas comerciales de EUA, la evolución de la demanda externa y la recuperación del empleo sectorial. Además, la menor utilización de planta y la moderación en los flujos de inversión podrían limitar la productividad y el desarrollo tecnológico, en un contexto de repunte gradual de la demanda. Recordando que México mantiene un papel estratégico como centro manufacturero en América del Norte, por lo que una disminución en la productividad podría traducirse en un menor dinamismo para la región y/o dar apertura a una mayor competencia manufacturera con otros países. Si bien, el panorama continuará siendo retador, la reciente estabilidad en los indicadores de pedidos y producción ofrece un ligero respiro para una mejora gradual, en la medida que se consolide una recuperación industrial sostenida, impulsada por una mayor inversión productiva y un fortalecimiento de la confianza empresarial. Con ello, el sector podría iniciar una fase de estabilización más que de expansión, pero persistiría cierta vulnerabilidad ante posibles choques externos e internos (aranceles y desaceleración de la economía).
FUENTE: Por Janneth Quiroz Zamora, Directora de Análisis Económico, Cambiario y Bursátil de Monex

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